Joaquin Sorolla♀Cabeza de andaluza |
Il mio cuore è una farfalla,
rapita dal ragno grigio del tempo
col polline fatale del disinganno.
Da piccolo cantavo come voi,
bimbi buoni del prato,
liberavo il mio sparviere con le temute
quattro unghie da gatto.
Passai per il giardino di Cartagena
implorando la verbena
ma persi l'anello del mio destino
guardando un ruscello immaginario.
Fui anche cavaliere
una fresca sera di maggio.
Ella per me era l'enigma allora,
stella azzurra sul mio vergine petto.
Cavalcavo lentamente verso i cieli.
Era una domenica d'erba medica.
E vidi che ella spezzava con le mani
gigli invece di rose e di garofani.
Non avevo mai pace,
bimbi buoni del prato,
la Lei del romance
in splendidi sogni m'immergeva:
chi coglierà mai garofani
e rose di maggio?
E perché solo i bimbi le vedranno
in groppa a Pegaso?
Sarà quella stessa che nelle ballate
chiamiamo con tristezza stella,
pregandola di uscire
a volteggiar sul prato?...
Nell'aprile della mia infanzia io cantavo,
bimbi buoni del prato,
la impenetrabile Lei del romancedove Pegaso vola.
Cantavo di notte la tristezza
del mio amore ignorato,
e la luna, più luna che mai, che sorriso
aveva tra le labbra!
Chi coglierà mai garofani
e rose di maggio?
E in quale buio angolo di cimitero
saranno finite le sventure
di quella piccolina, tanto bella,
che sua madre maritò?
Sto solo col mio amore sconosciuto,
senza cuore, senza lamenti
verso il tetto irraggiungibile dei cieli
e mi fa da appoggio un grande sole.
Quale peso è mai questa tristezza!
Bimbi buoni del prato,
come ricorda dolcemente il cuore
i giorni ormai lontani...
Chi coglierà mai garofani
e rose di maggio?
Granada, aprile 1918
****************
Balada triste
(Pequeño poema)
¡Mi corazón es una mariposa,
niños buenos del prado!,
que presa por la araña gris del tiempo
tiene el polen fatal del desengaño.
De niño yo canté como vosotros,
niños buenos del prado,
solté mi gavilán con las temibles
cuatro uñas de gato.
Pasé por el jardín de Cartagena
la verbena invocando
y perdí la sortija de mi dicha
al pasar el arroyo imaginario.
Fui también caballero
una tarde fresquita de mayo.
Ella era entonces para mí el enigma,
estrella azul sobre mi pecho intacto.
Cabalgué lentamente hacia los cielos.
Era un domingo de pipirigallo,
Y vi que en vez de rosas y claveles
ella tronchaba lirios con sus manos.
Yo siempre fui intranquilo,
niños buenos del prado,
el ella del romance me sumía
en ensoñares claros:
¿quién será la que coge los claveles
y las rosas de mayo?
¿Y por qué la verán solo los niños
a lomos de Pegaso?
¿Será esa misma la que en los rondones
con tristeza llamamos
estrella, suplicándole que salga
a danzar por el campo?...
En abril de mi infancia yo cantaba,
niños buenos del prado,
la ella impenetrable del romance
donde sale Pegaso.
Yo decía en las noches la tristeza
de mi amor ignorado,
y la luna lunera ¡qué sonrisa
ponía entre sus labios!
¿Quién será la que corta los claveles
y las rosas de mayo?
Y de aquella chiquita, tan bonita,
que su madre ha casado,
¿en qué oculto rincón de cementerio
dormirá su fracaso?
Yo solo con mi amor desconocido,
sin corazón, sin llantos,
hacia el techo imposible de los cielos
con un gran sol por báculo.
¡Qué tristeza tan seria me da sombra!
Niños buenos del prado,
cómo recuerda dulce el corazón
los días ya lejanos...
¿Quién será la que corta los claveles
y las rosas de mayo?
Granada, abril de 1918
(Libro de poemas)
(Pequeño poema)
¡Mi corazón es una mariposa,
niños buenos del prado!,
que presa por la araña gris del tiempo
tiene el polen fatal del desengaño.
De niño yo canté como vosotros,
niños buenos del prado,
solté mi gavilán con las temibles
cuatro uñas de gato.
Pasé por el jardín de Cartagena
la verbena invocando
y perdí la sortija de mi dicha
al pasar el arroyo imaginario.
Fui también caballero
una tarde fresquita de mayo.
Ella era entonces para mí el enigma,
estrella azul sobre mi pecho intacto.
Cabalgué lentamente hacia los cielos.
Era un domingo de pipirigallo,
Y vi que en vez de rosas y claveles
ella tronchaba lirios con sus manos.
Yo siempre fui intranquilo,
niños buenos del prado,
el ella del romance me sumía
en ensoñares claros:
¿quién será la que coge los claveles
y las rosas de mayo?
¿Y por qué la verán solo los niños
a lomos de Pegaso?
¿Será esa misma la que en los rondones
con tristeza llamamos
estrella, suplicándole que salga
a danzar por el campo?...
En abril de mi infancia yo cantaba,
niños buenos del prado,
la ella impenetrable del romance
donde sale Pegaso.
Yo decía en las noches la tristeza
de mi amor ignorado,
y la luna lunera ¡qué sonrisa
ponía entre sus labios!
¿Quién será la que corta los claveles
y las rosas de mayo?
Y de aquella chiquita, tan bonita,
que su madre ha casado,
¿en qué oculto rincón de cementerio
dormirá su fracaso?
Yo solo con mi amor desconocido,
sin corazón, sin llantos,
hacia el techo imposible de los cielos
con un gran sol por báculo.
¡Qué tristeza tan seria me da sombra!
Niños buenos del prado,
cómo recuerda dulce el corazón
los días ya lejanos...
¿Quién será la que corta los claveles
y las rosas de mayo?
Granada, abril de 1918
(Libro de poemas)
2 commenti:
Fa male per quanto è bella.
Quanto potere hanno le tue canzoni, dolce Federico.
Pioggia tutto il giorno, di quelle che si fanno bere dalla terra.
Buona notte e buon week-end.
...e continua la pioggia, prati di smeraldo. Buona domenica a tutti!
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